Vincent van Gogh, fue un pintor holandés nacido en Groot Zundert (1853 1890). Es uno de los artistas más admirados de todos los tiempos.
Pintó de forma extraordinaria, dibujos, autorretratos, paisajes, bodegones y todo tipo de temas, obteniendo como resultado, una obra de intenso colorido y de una gran fuerza creativa.
Poseía una personalidad fuerte y tenía un desapego exagerado a los bienes materiales. Además fue un religioso convencido, y contradictoriamente creo la imagen del bohemio y vagabundo. Fue un pintor prolífico a pesar de sus limitaciones.
Un lector incansable de los clásicos y de la Biblia.
Dominó las técnicas pictóricas más vanguardistas y trabajo arduamente. Su pintura de aparente facilismo, esconde un método y una intención fríamente calculados.
Todas estas cualidades lo han convertido con justicia en una verdadera leyenda.
Debido a una enfermedad psíquica genética, Van Gogh se veía obligado a suspender el trabajo creativo por largas temporadas.
Poseedora de una gran belleza y espiritualidad, su obra está además dotada de una gran luminosidad y dinamismo. Hay sólo que ver sus cuadros, leer un poco más profundamente y sentimos el ambiente mágico que emana de los mismos, otorgando a las personajes y a los demás elementos dispuestos en el espacio, una elegancia y dignidad especiales.
Es el caso de los campesinos, que aparecen en su obra de forma reiterada y son tratados por Van Gogh, con delicadeza y respeto.
Es así, como en el famoso cuadro de su etapa holandesa, LOS COMEDORES DE PATATAS, (1885) estos seres anónimos y sin ningún abolengo o linaje, se transforman bajo su pincelada, en personajes casi místicos, quienes sentados alrededor de la mesa, bajo la luz tenue de la linterna, comen y disfrutan, el fruto que han labrado con sus propias manos.
Podemos, entonces afirmar que Van Gogh sintió gran afecto por la vida rural.
LOS COMEDORES DE PATATAS, es considerado por los especialistas, como la primera obra maestra de Van Gogh.
Pero si vamos a sus Grandes Temas encontramos LOS GIRASOLES, por los que es ampliamente reconocido. Los girasoles amarillos, por ejemplo representan al Van Gogh más feliz, al que toma del sol su fuego para plasmarlo en los cuadros con enérgicas pinceladas, dándose a sí mismo la fuerza para continuar el camino en medio de las tormentas.
Por lo demás hay una extensa variedad de girasoles en su obra. Cuyas tonalidades van, del amarillo más primario y estivo, hasta los naranja y rojos rebosantes de vida. No faltan, sin embargo, los de color ocre y otoñal, mostrando los sentimientos más trágicos y decadentes del artista.
Por otra parte, interpretó a los maestros clásicos de la Historia Universal del Arte. Y es así como encontramos en sus últimos períodos, alusiones patentes a los temas de Delacroix y de Millet.
También están los cipreses, los geniales autorretratos de gran intensidad psicológica y humana. Asimismo, los paisajes rurales, los retratos de los niños y de las amas de casa en su temporada de Arles.
Las estrellas y las constelaciones así como los fenómenos sobrenaturales que aparecen centelleando en el firmamento. Dan al contexto de su producción artística un toque dramático y misterioso.
Los cipreses, por ejemplo, están dispuestos con cálculo y estrategia en el espacio del cuadro, dando un contrapunto a la perspectiva. y enfatizando el sentido dramático y casi irreal que deseaba obtener.
Por su extraordinario talento, su forma casi ingenua en el tratamiento de los temas, así como por la gran calidad humana que despliega a lo largo de su obra, Van Gogh puede considerarse el pintor de los niños.
En efecto sus hermosos dibujos así como los -eternos girasoles- son pintados por ellos a lo largo y ancho del mundo.
Quizás, en sus sueños de niño y al copiar con ánimo y amor sus trabajos, se sienten que podrían llegar a ser en el futuro tan grandes artistas, como su muy amado maestro, Vincent Van Gogh.