martes, 19 de agosto de 2014

Adaptación de El árbol de los amigos, de Jorge Luis Borges.

Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, más otras apenas vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.
Los primeros son papá y mamá, después vienen los hermanos, luego el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino.
Más también hay amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días.
El tiempo pasa, y perdemos algunas de nuestras hojas y otras permanecen por muchas estaciones. Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.
Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única.
Siempre deja un poco de sí y lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevaron mucho, pero no habrá de los que no nos dejaron nada…

Ésta es la mayor responsabilidad de nuestra vida y prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.

4 comentarios:

  1. Qué hermosa entrada Vivi! Me encantó. Cada persona que pasa por nuestras vida deja una huella, es muy cierto, y forma parte de lo que hoy somos, a veces hasta de cosas que nos gustan o pensamos... Un abrazo enorme Vivi.

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